
El relámpago tumba,
con su luz, la noche.
La lluvia,
apremiada a cantar,
olvida su copla.
Se desata la tormenta,
el rayo deja una tarja
en el corazón, piedra viva
de ausencia perenne.
Ella,
desnuda sobre las sábanas,
a duermevelas, inmóvil,
ve pasar tantos años
de olvido y desaires.
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