Tu melena en el adiós
bailaba con el viento,
y al azotar mi rostro
como una esquirla,
sajó el aire adolescente.
La herida es el poema
que duerme en esa playa.
©️Este texto está inscrito en el Registro de la Propiedad Intelectual.
Tu melena en el adiós
bailaba con el viento,
y al azotar mi rostro
como una esquirla,
sajó el aire adolescente.
La herida es el poema
que duerme en esa playa.
©️Este texto está inscrito en el Registro de la Propiedad Intelectual.
La muchacha solitaria
busca otra claridad.
En una taza de café
se ahoga
algo que encierra
un cierto parecido
con la magua.
Sentada, en una pecera de luz,
a su espalda, el amor
y la calle están oscuros.
Acaso sus ojos
no los quieran ver.
©️Este texto está inscrito en el Registro de la Propiedad Intelectual.
Los búhos comparten
la melancolía azul de su soledad
alrededor de una barra,
en la ínfima burbuja luminosa
de la ciudad lóbrega
de tantos abrazos relegados.
Sus miradas esquivas
se pierden,
entre la bruma espesa y lánguida
del pensamiento errabundo.
©️Este texto está inscrito en el Registro de la Propiedad Intelectual.
No lo sabes: te observo por la cerradura
con el sigilo del búho que acecha a su ardilla.
Como una luna olvidada en vísperas de muerte,
te veo, tan sola, tan triste,
y la mirada perdida en el papel,
ya amarillo de palpo y tiempo,
en el que te escribí mi primer poema
con fragancia a retama y albahaca.
Tus maletas a medio (des)hacer exploran
una salida entre caminos cruzados:
seguir, quedarte, volver a los tiempos
del primer poema… Pero no hay regreso, amor,
aunque podríamos inventar un retorno
a nuestro viejo mar de piedra.
©️Este texto está inscrito en el Registro de la Propiedad Intelectual
Enamoradiza,
la pava real teme
que su pavo también
sea enamoradizo,
y emprenda vuelo
con otra pava,
antes que ella
con otro pavo.
Esta noche temática
sobre Sigmund Freud
y el psicoanálisis,
gran proyección
de Los celos y más
en el “Otros Cines”,
VOSE,
Cinemascope,
Sensurround.
©️Este texto está inscrito en el Registro de la Propiedad Intelectual.
Cada noche,
tus ojos cerrados
oyen el susurro a gritos
de mis cuentos de terror.
Un reloj espacial
de andar ligero
confiesa
cierto dislate rojo
que el naufragio
de tu piel ignora.
©️Este texto está inscrito en el Registro de la Propiedad Intelectual
Tal vez, algún día,
sea uno de esos poetas,
contrarrevolucionarios,
que agarran por el cuello
a los gorriones feroces
y a los límpidos lobos sangrientos,
arrancándoles de las entrañas
el silencio de un tiempo crepuscular.
©️Este texto está inscrito en el Registro de la Propiedad Intelectual. Dedicado al Maestro Pedro Flores.
Anda un hombre desnudo,
calle delante, ahí va,
Juan Sin Nadie.
Bajo el lánguido cielo,
cabizbajo, paso lento,
distraído el horizonte.
Juan no se engaña,
su mundo acaba de morir,
ahogado en los gritos
de fieros descalabros.
©️Este texto está inscrito en el Registro de la Propiedad Intelectual.
Sentada en la cama
de tu estancia gris,
te besa en el rostro
la mañana azul.
Por la ventana, ves
el naufragio urbano,
una estepa herrumbrosa
sólo interrumpida
por un majuelo ingrimo.
Desde su rama, un búho
alza el vuelo y tu mirada,
un invierno sin luz,
sigue su aletear.
En el horizonte,
un olvido duerme
acunado por el silencio
de un sueño roto.
©️Este texto está inscrito en el Registro de la Propiedad Intelectual.
A la entrada del parque,
de aquel parque nuestro,
¿recuerdas?
Entre sombras,
por debajo de la blusa gris,
acaricié tus senos turgentes,
mientras se abrasaba mi delirio
con incendiado penal de algodón.
Desde la soledad te soñaba desnuda,
en blanca llanura, veteada
con leve palmeral de sangre.
Y, al fin, una noche,
ante el bosque de almendreros,
sus flores durmieron con la luna
en nube de coral.
©️Este texto está inscrito en el Registro de la Propiedad Intelectual.
Debe estar conectado para enviar un comentario.