El Canary Wharf es un importante centro de negocios de Londres, situado en la Isla de los Perros en el barrio londinense de Tower Hamlets, en la zona de los Docklands. Es el Manhattan de Londres.
El Canary Wharf o Embarcadero Canario debe su nombre al importantísimo comercio marítimo que tenía el Reino Unido con las estratégicas Islas Canarias en el siglo XVI.
Aunque una leyenda dice que debe su nombre a que el rey Enrique VIII sacaba a sus perros de caza por la zona en busca de zorros y otros animales, lo que sí está bien documentado es la relevancia de dicho embarcadero que llegó a ser tan importante para el comercio de la zona y los cargamentos procedentes de Canarias que acabó por darle nombre a toda la área por el positivo impacto que implicaba cada desembarco desde el Archipiélago Canario.
Ya en la edad contemporánea, el galés Alfredo L. Jones fundó en el Puerto de Las Palmas la compañía The Gran Canary Coaling Company en 1886, para abastecer de carbón a los buques británicos antes de que atravesaran el Atlántico rumbo a América. Jones, propietario de varias minas de carbón en el Reino Unido, también quiso aprovechar la travesía de vuelta de sus barcos, para que no regresaran de vacío y buscó la manera de hacer que el viaje de regreso fuera más rentable. Se le ocurrió la idea de llevar los productos locales (plátanos, papas y tomates) al Reino Unido, con lo que el Canary Wharf o Embarcadero Canario se revaloriza con la llegada de los nuevos productos desde Canarias.
Tras la II Guerra Mundial, con la ruptura de las relaciones internacionales con la dictadura franquista, la naviera Fred Olsen se hace cargo del comercio frutero entre Canarias y Reino Unido.
Creo que hay razones sobradas para impulsar un hermanamiento entre Londres y Las Palmas de Gran Canaria o, al menos, entre los puertos grancanario y londinense, y aprovechar todas las oportunidades posibles para materializar de alguna forma (bustos, placas, …) las relaciones canario-británicas que jamás han de caer en el olvido.
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