En primavera,
con una brisa adormecida,
el sol desparrama en el aire
su modesta luz.
Por las ventanas de bronce,
penetra la pestilencia acaramelada
de naranjas y nísperos,
de tulipanes y narcisos.
En la playa, el lirio rojo
se estampa contra las rocas
formando espumas
de sandía y pomelo.
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