El anhelo de seguir

Me detengo otra noche contigo, 

niebla enamorada,

carne y antojo que brotan

desde la espuma en furia

del océano bravo de tu cuerpo.

Isla eres que se eleva,

más allá del amanecer,

envuelta en calima leve

hasta la bóveda del alisio.

Tu vorágine, refugio de humo

para la tormenta que se anuncia

en el canto de mi destierro. 

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